Miedo a no superar las expectativas parentales, cómo solucionarlo.
Hoy vamos a hablar de un tema que puede que te haya afectado alguna vez en tu vida: el miedo a decepcionar a tus padres. Ya sea por nuestras elecciones en el momento de elegir qué estudiar, por nuestras relaciones amorosas, por nuestras acciones, … Una situación en la que no solo los jóvenes se encuentran alguna vez en la vida, sino también los adultos. ¿Hemos sido lo que nuestros padres deseaban? ¿Se sentirán decepcionados con nosotros? ¿Debemos sacrificar nuestros sueños para cumplir sus expectativas?
Para muchos, la opinión de los demás es fundamental para nuestra autopercepción, pero si hay dos personas cuya forma de vernos nos afecta especialmente, sin duda son nuestros padres. Así, algunas personas nunca se convierten en las personas que podrían ser por el miedo que sienten a no dar la talla ante ellos. El miedo a decepcionar a nuestros padres es un miedo con truco, porque aparentemente no se ve, pero puede hacerte mucho daño, y puedes cargar con ese miedo toda tu vida. ¿Te ha pasado que para que tus padres no se enfadaran has pospuesto tus planes, tu futuro y tu vida? No dar voz a tus necesidades, puede parecer que no es tan importante, pero al final acaba haciendo mella en ti.
En este artículo hablaremos de por qué se produce el miedo a decepcionar a los padres y qué efectos puede tener sobre nuestro propio desarrollo vital. Además, también queremos ayudarte a que veas qué puedes hacer para trabajarlo si se presenta el caso. ¿Empezamos?
¿En qué consiste el miedo a decepcionar a nuestros padres?
Para la mayoría de nosotros, lo que piensen nuestros seres queridos sobre nosotros es muy importante, y es algo totalmente normal. Al fin y al cabo siempre está bien recibir consejos y opiniones de nuestros alegados. Pero darle demasiada importancia puede hacer que nuestra autoestima se base solo en las opiniones que tienen los demás sobre nosotros. Por supuesto, este no es el único factor implicado; pero suele ser muy complicado quererse si nos rodeamos de gente que cree que no damos la talla, que somos un fracaso o que no somos suficientemente buenos.
En el caso de nuestros padres, esto se vuelve aún más complicado. Es muy probable que existan muchas diferencias de opiniones, gustos y personalidad entre las dos partes; por lo tanto, en ocasiones, se tendrán que tomar decisiones conflictivas y, por lo tanto, correr el riesgo de disgustarles.
En un principio, el miedo a decepcionar a tus padres no debería tener ningún sentido. Su amor hacia ti debería ser incondicional, pero, sin embargo, no siempre es así. En ocasiones, sus maneras de expresarse o de tratarnos pueden hacernos sentir que solo contaremos con su apoyo si hacemos lo que ellos desearían para nosotros, y al final, acabamos cediendo por miedo a decepcionarles o que vean nuestras acciones como un fracaso.
Como ejemplo claro podemos ver que los padres desean que sus hijos estén bien formados, sean competitivos y con buenas notas (sigue leyendo este post, hablamos de esto más profundamente en breves). Incluso, llegan a exigirles mucho, desde el desconocimiento de si pueden alcanzar o no lo que desean y además, sin tener en cuenta si están interesados en ello. Para algunos padres sería una enorme alegría que su hijo fuese médico, ¿pero no sería mejor que nuestro hijo fuese simplemente feliz trabajando de lo que él quiera? Sin presionarle. Al fin y al cabo no hay nada más importante que la felicidad de la gente que nos rodea, y sobre todo la felicidad de nuestros retoños.
Qué efectos puede causar el miedo a decepcionar a los padres
Para algunas personas, la simple posibilidad de perder el cariño de sus padres les impide hacer lo que realmente quieren. Cada persona expresará este miedo de diferentes maneras; aquí os dejamos algunas de las más comunes, aunque existen infinidad de miedos.
Coartar su libertad amorosa.
Uno de los efectos más graves producidos por este miedo se da cuando la persona evita formar relaciones amorosas o sexuales por temor a lo que puedan pensar sus padres. Esto podría darse en de personas homosexuales/bisexuales, pero también puede darse con individuos heterosexuales.
Elegir un trabajo seguro.
Algunos individuos, para no decepcionar a sus padres, desarrollarán una carrera en un ámbito que realmente no les atrae pero que perciben que les proporcionará más estabilidad, solo porque sus padres le recomendaban elegir dicha carrera.
Evitar correr ciertos riesgos.
¿Tienes algún deseo que no hayas intentado cumplir por miedo a fracasar? En gran parte, esto suele deberse a lo que se conoce como principio de sanción social. Este provoca que no hagamos nada en lo que podamos fallar por miedo a decepcionar a nuestros seres queridos.
¡Empieza a pensar en ti y no en lo que tus padres quieren que pienses! ¿Por qué? Aquí te dejamos algunos de los motivos por los cuales deberías empezar a pensar en ti.
Es la única alternativa lógica
Sacrificar tu felicidad para complacer a tus progenitores no tiene ningún sentido, y no es nada recomendable. Y para entender por qué, simplemente tienes que pensar en qué pasaría si todos hiciéramos lo mismo.
Imagínate que tus hijos sacrificasen su felicidad para complacerte a ti, que tus nietos sacrificasen su felicidad para complacer a tus hijos, que tus bisnietos sacrificasen su felicidad para complacer a tus nietos… Ahora imagínate que esto se repitiese en todas las familias hasta el final de los tiempos. ¡Todo el mundo acabaría siendo infeliz para complacer a otros, lo cual no tiene ni pies ni cabeza!
La única alternativa lógica, por lo tanto, es buscar tu propia felicidad, incluso cuando eso suponga estar en desacuerdo con tus progenitores, invierte en tu felicidad. Si no lo haces tú, nadie lo va a hacer.
No les debes nada
¿Les debes algo a tus padres? Bueno es evidente que sí, les debes la vida. Pero es una deuda que nunca vas a poder pagar. Porque es lo más grande que te han podido dar, y tú no les puedes dar la vida a ellos. Por tanto, la mejor manera de pagar esta deuda, no es complaciéndolos y sacrificando tu vida por ellos. La mejor manera de dar sentido a tu vida, es haciendo tu propio camino, construyendo tus propias ideas, tus propios valores y tu esencia personal.
Puedes agradecer a tus padres que te dieron la vida, y dar gracias por todo lo que han hecho por ti. Piensa que la manera más efectiva de soltar esta culpa que puedes tener, por no hacer cómo ellos esperan de ti, es el agradecimiento y el caminar hacia adelante. Deja de mirarlos, empieza a ver lo que quieres tú, respeta tus deseos y atrévete a dar pasos hacia ellos. Es normal que tengas un poco de culpa, vive con ella, que no te frene, que te impulse hacia adelante. Sino das este paso vas a vivir en una insatisfacción crónica constante.
Todo va a salir mejor de lo que crees
Es posible que tengas miedo a llevarles la contraria a tus padres simplemente porque crees que si lo haces van a estar disgustados durante un tiempo. Si tus progenitores son personas razonables entenderán que tomes tus propias decisiones, y aunque no estén de acuerdo con ellas e incluso se enfaden contigo durante unos días, el sofocón se les acabará pasando y no dejarán de quererte.
Estás en tu derecho
El miedo a decepcionar a nuestros padres está relacionado con el sentimiento de culpa. Muchas veces preferimos hacer lo que nuestros progenitores esperan de nosotros, aún a sabiendas de que no nos hará felices, simplemente porque no queremos ser unos malos hijos o unos egoístas. Renunciamos a nuestra naturaleza, a nuestro verdadero yo, porque consideramos nuestros deseos indignos o inadecuados Tienes derecho a que no te guste la medicina y a elegir otra carrera por mucho que el sueño de tu padre sea tener un hijo cirujano, y eso no te hace un mal hijo. Tienes derecho a ser mal estudiante y a labrarte un futuro digno sin ir a la universidad, y eso no te convierte en un fracasado. Tienes derecho a no cargar con problemas familiares de los que no tienes culpa y a hacer tu propia vida, y eso no te convierte en un mal hijo y egoísta. En definitiva, tienes derecho a ser feliz y a ser tú, y jamás deberías avergonzarte por ello. No dejes que sus expectativas te hagan sentir mal, ¡sé feliz y haz lo que te dé la gana!
Las expectativas de tus padres son diferentes a las tuyas
Tus padres tienen una visión de la vida diferente de la tuyo: Tienen unas ideas que no tienen por qué ser las tuyas. Han ido asumiendo unos valores y unas creencias sobre cómo funciona el mundo en una época diferente a la que has vivido tú. Y por tanto, como es lógico, es posible que discrepéis en algunas o muchas cosas. También pueden esperar que hagas lo que ellos no pudieron hacer: tal vez no te lo digan, pero si no pudieron ser músicos puede ser que les haga ilusión que tú lo seas, aunque odies la música. O si fueron contables, puede que esperen que tú lo seas como ellos, para seguir la estela familiar. Pero hay que saber diferenciar entre expectativas y lo que queremos hacer nosotros. El miedo a decepcionar a tus padres no aparece por arte de magia: lo hace porque ellos, durante toda su vida, te han estado repitiendo las expectativas que tienen sobre ti, lo que esperan realmente que hagas.
Este tipo de esperanzas no son iguales en todos los padres: algunos quieren que sus hijos trabajen en lo mismo que ellos, otros que no cometan sus mismos errores, otros padres simplemente quieren que estudien para tener un trabajo muy bien pagado… ¿Y por qué ellos quieren elegir lo que debes hacer con tu vida? La primera razón es por su propia naturaleza. Tus padres van a querer que seas como ellos, o más bien que seas una versión mejorada de ellos. Si les gusta leer, querrán que a ti también te guste. Si eran buenos estudiantes, querrán que tú también saques buenas notas en la escuela. Si son educados y amables, querrán tener un hijo o una hija que hable bien y sepa comportarse.
Debes de ser consciente de que ni el hijo debe disculparse por no haber alcanzado las metas que deseen tus padres, ni los padres puede compararle con los que alcanzaron esas metas.
Con este artículo esperamos haberte convencido de la necesidad de hacer aquello que quieres y que crees que te va a hacer feliz, tanto si tus padres están de acuerdo contigo como si no. Sin embargo, esta es solo la primera parte del proceso. Ahora toca actuar y recorrer el camino que te viene por delante.
Como ves, el miedo a decepcionar a nuestros padres puede afectar a casi todas las áreas de nuestra vida. Pero, como todo en esta vida, tiene solución y existen maneras de trabajarlo. ¿Quieres descubrir cómo? ¡Sigue leyendo!
Consejos para acabar con el miedo a decepcionar a nuestros padres
Hazte económicamente independiente
Mientras dependas económicamente de tus padres no podrás tomar tus propias decisiones. Como ellos pagan, ellos mandan, y no te quedará más remedio que agachar la cabeza y hacer lo que te digan. Es algo que seguramente muchos habréis vivido en vuestras propias carnes.
Si quieres hacer algo sin el apoyo de tus padres, ellos están en su derecho de no querer costeártelo, así que para que tu plan pueda salir adelante primero tendrás que convencerles de que te lo financien o ingresar lo suficiente como para cubrir todos los gastos. Puede que esto signifique tener que trabajar por las tardes o los fines de semana durante una temporada, o renunciar a algunos caprichos, pero qué es más importante para ti, ¿todas esas cosas o tu independencia y felicidad?
Rodéate de gente que te entienda
Cuando tomas una decisión impopular y tienes a tu familia y a todo tu círculo social en contra, es muy fácil dudar de uno mismo y acabar viniéndose abajo, y como consecuencia acabar haciendo otra vez lo que tus padres quieren.
De ahí la importancia de rodearte de gente que te entienda y te apoye. Ojo, ¡no hace falta que pierdas el contacto con tus padres! Simplemente no les hables de tu decisión, porque no van a cambiar de opinión y lo único que vas a conseguir es enfadarlos y que te hagan sentir mal. Sigue trabajando en la sombra por lo que quieres.
Convence con hechos, no con palabras
Tus padres te quieren mucho, y es normal que se preocupen por ti si les presentas un plan incierto y sin garantías. Sin embargo, si les demuestras con hechos objetivos que vas en serio y que lo que tienes en mente puede funcionar, se sentirán mucho más tranquilos y puede que incluso te apoyen.
Presenta tu decisión de la mejor manera posible
Las formas son importantes. No es lo mismo contarles de pronto a tus padres que mañana dejas la empresa familiar porque estás quemado, que explicarles que, aunque quieres ayudarles lo máximo posible, ese trabajo no es para ti, y que vas a buscar a un sustituto de confianza en los próximos meses para poder dedicarte a tejer bufandas que es tu verdadera vocación.
Si eres capaz de comunicar tus intenciones de una manera educada, empática y persuasiva, la reacción de tu interlocutor será mucho más positiva, y puede que incluso te apoye con tus planes.
En resumen, es normal que lo que tú quieras hacer con tu vida no sea lo mismo que lo que tus padres quieran para ti. No en vano sois individuos diferentes, cada uno con sus propios gustos y deseos. Por eso, no hay nada malo en que en ocasiones le lleves la contraria tus progenitores.
Que no estés de acuerdo con ellos en ciertas cosas no quiere decir que a partir de ese momento tengáis que llevaros mal, ¡ni mucho menos! Simplemente eres consciente de que es imposible contentar a todo el mundo así que estás tomando la decisión que consideras más adecuada para ti. Puede que en un primer momento no les haga gracia. Pero si sigues haciendo lo que te hace feliz y tratándoles con amor y respeto, se les acabará pasando el disgusto y te respetarán por tu valentía. Y en caso de no ser así, ya es cosa suya. Al fin y al cabo, son ellos los que han elegido seguir enfadados voluntariamente, no tú. Tienes derecho a ser feliz, y el miedo a decepcionar a tus padres por ser o hacer lo que esperan de ti nunca debería ser un obstáculo.