Los ataques de ansiedad son cada vez más presentes en nuestra sociedad. En nuestra consulta de psicólogos de terapia en Sant Cugat las personas que llegan con este síntoma viven muy asustadas y acuden a la terapia en búsqueda de una solución a este problema tan angustiante.
Que son los ataques de ansiedad
El ataque de pánico ha llegado a ser casi el emblema de la enfermedad huidiza de nuestros tiempos, un malestar sin razón aparente, que puede llegar a quien tiene todo, a quien siempre a llevado una vida normal, incluso una vida significativa, orientada a valores positivos, una vida llena de coraje.
El ataque de ansiedad forma parte de la patología del miedo. Un miedo total: la persona tiene la sensación de que todo es peligroso y todo se esta desmoronando. En realidad, el miedo no es por si mismo una emoción patológica, al contrario parece constitutivo de la condición humana. Quien vive tiene miedo, miedo ante todo de no salir adelante ante el dolor y la muerte.
El miedo es fisiológico si es consciente de un peligro y permite protegerse de la mejor forma, huir, agredir, inmovilizarse. El miedo es patológico si no es adecuado: el mayor o menor de lo que reclama un peligro especifico.
La seguridad y la confianza – base para el mejora de los ataques de ansiedad
Durante la infancia el niño aprender en la relación con las figuras paternas como percibir el miedo con precisión y como afrontarlo de forma adecuada. Cuando el niño recibe el apoyo o la contención adecuada desarrolla la innata y positiva fuerza agresiva que todo organismo humano posee para hacer frente al peligro. Apoyo adecuado es el que, de una parte, permite al niño expresar sus miedos y por otra le ofrece seguridades que son un aprendizaje del modo de percibir y de afrontar el peligro. De una buena experiencia de pertenencia se desarrolla una sana experiencia de la propia integridad y fuerza.
En el ataque de ansiedad la persona experimenta de forma real y angustiosa estar echado al mundo sin protección que como hemos visto, es una experiencia arcaica y dramática de la primera infancia. Solo el apoyo permite la formación de las seguridades existenciales, confianza sana en si mismo y en la vida necesarias para hacer frente a las dificultades de la existencia.
Durante el proceso de terapia uno de los primeros objetivos es el de dar sentido al síntoma, al ataque de pánico, percibir como extraño y sin sentido. El paciente aprenderá progresivamente a confiar también sus partes frágiles y experimentará la posibilidad de fiarse y confiarse al terapeuta y también de una manera nueva a sí mismo.
Los ataques de pánico se pueden manifestar con varios trastornos de ansiedad: pánico, fobia social, fobia especifica, trastorno postraumático de estrés, trastorno agudo de estrés.
Los sujetos afectados por ataques de pánico inesperados describen normalmente “el miedo como intenso y refieren que han pensado que estaban en peligro de morir, de perder el control, tener un infarto o un ictus o de “enloquecer”. Refieren también un deseo urgente de huir de ese lugar en el que se está manifestando el ataque de ansiedad.
Las sensaciones de un ataque de ansiedad o pánico
Las sensaciones corporales que se viven durante un ataque de ansiedad son: taquicardia, sudoraciones, temblores, sensación de ahogo o asfixia, opresión o malestar torácico, náuseas, mareos, desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo), escalofríos y sofocaciones. Cuando las personas viven la desrealización las cosas se perciben lejanas, inalcanzables, irreales, confusas, cambian de sentido y de consistencia, de alguna forma resultan artificiales como en un teatro y de repente se percibe todo con miedo y desconfianza, las cosas a las que normalmente no les tengo que verificar su solidez y credibilidad. En la despersonalización la persona percibe su propia voz extraña, el cuerpo pierde familiaridad, los movimientos tienen una fluidez diferente, el cuerpo necesita otra fuerza para moverse, el cuerpo no se sostiene o da un apoyo de alguna forma extraña.
Es evidente que detrás de los ataques de ansiedad o pánico hay motivaciones más o menos inconscientes y tranquiliza saber que hay un motivo de nuestro malestar que se expresa a través del cuerpo. Como algunos dicen: el alma y la psique hablan a través del cuerpo.
El ataque de pánico es también una apertura desconcertante a la vida, una preciosa posibilidad de reestructurar y dar nuevo sentido a la propia historia, el inicio de un propio camino para encontrarse “en casa” en el mundo.
La terapia y el psicólogo apoyan al cliente en este proceso con su presencia, creatividad y competencia con el cuidado de los limites y de la calidez.
Bibliografía:
- G. Francessetti – Terapia Gestalt en la practica clínica