Cuándo acudir al psicólogo
El otro día compartíamos con vosotros nuestro artículo con consejos a la hora de buscar un buen psicólogo, y hoy queremos aprovechar este post para hablar de un tema muy importante para todos: ¿cuándo acudir al psicólogo?
Es habitual que hagamos una visita al médico cuando nos rompemos un ligamento o cuando cogemos la gripe. Sin embargo, y de forma paradójica, cuando el malestar es mental rara vez decidimos ponernos en las manos de un profesional. En ocasiones esto se debe a la estigmatización de los problemas psicológicos o a la concepción de estos como síntomas de debilidad; en otras la causa es más bien el miedo o incluso el desconocimiento acerca de la existencia de psicólogos que realmente pueden ayudarnos a gestionar este tipo de sufrimiento tan extendido y natural.
Ir al psicólogo puede resultar de gran ayuda para obtener herramientas que nos conviertan en personas con mayor bienestar, calidad de vida y capacidad de gestión emocional. En Punt de Partida, consideramos que la decisión de acudir a un psicólogo no solo obedece al malestar causado por los síntomas, también puede estar motivada por nuestro deseo de mejorar nuestras vidas y convivencia. Saber cuándo ha llegado el momento de ir al psicólogo no siempre es algo sencillo. A fin de cuentas,los problemas psicológicos pueden adoptar una gran variedad de formas, y difícilmente se puede hablar de un perfil determinado de persona que asiste a las consultas de psicoterapia.
Dependiendo del contexto social en el que vivamos, de nuestras necesidades y preferencias, e incluso de nuestra personalidad, los motivos por las que podemos necesitar ayuda profesional varían mucho. Así pues, es relativamente normal que entre que se detecta un malestar y se va por primera vez a un centro de psicología pase un tiempo en el que el paciente se pregunta… ¿cómo saber si necesito un psicólogo?
Cómo saber si necesitas acudir al psicólogo
La salud mental ha pasado de ser un ámbito en el que se estigmatizaba a “los locos” a uno en el que se entiende que la mente es demasiado complicada para ser clasificada en las categorías “sanos” y “enfermos”. Ahora entendemos que los problemas psicológicos, independientemente de su gravedad, entran dentro de la normalidad:lo raro sería no haber pasado por ninguno de ellos en algún momento de nuestras vidas. Y no podemos parar de poner especial énfasis en esto: la salud mental de todos es igual de importante que la salud física. Hay que cuidarnos por fuera Y POR DENTRO.
Antes de empezar con las situaciones en las que te recomendamos que acudas al psicólogo, queremos diferenciar entre un problema que puede tener cualquier persona, a un problema que requiere de la ayuda de un psicológico.
¿Qué convierte un problema de la vida en un problema psicológico?
Un problema de la vida cotidiana se convierte en un problema psicológico cuando para resolverlo necesitamos realizar un esfuerzo contraproducente. Un problema psicológico no es algo que tengamos dentro de nosotros, en la cabeza, en el cerebro o en la mente. Al mantener un esfuerzo permanente, nuestra atención se desplaza a un gran número de síntomas que van desde las quejas físicas, en apariencia corrientes, a sentimientos de rabia, rencor, odio, tristeza, insatisfacción, preocupación, desasosiego, rumia de pensamientos, desesperación, incertidumbre, miedo, etc. Las personas que solicitan la ayuda de un especialista desean mejorar su autoestima, fortalecerse y pensar en cosas buenas tratando de ser positivos y de sentirse.
Una vez aclarado esto, y como mucha gente no tiene claro cómo decidir cuál es esa línea que se supone que hay que atravesar para tener un buen motivo por el cual acudir a terapia, en las siguientes líneas os ofrecemos varias pautas para saber cuándo se necesita acudir a un psicólogo.
¿Cuándo ir al psicólogo?
Frecuentemente le quitamos importancia a los signos que nuestra mente y nuestro cuerpo nos envían para indicar que estamos pasando por una situación estresante o de sufrimiento. Muchas veces intentamos pasar por alto estas señales y así esconder el problema “debajo de la alfombra”. Pero lo cierto es que el malestar psicológico puede llegar a interferir mucho en la vida diaria y si no tomamos cartas en el asunto no desaparecerá. A continuación hablaremos de algunas señales de alerta que debemos tener en cuenta para decidir cuándo ir al psicólogo.
Sientes que ya no eres el mismo
La personalidad cambia a lo largo del tiempo, y eso es un hecho. Sin embargo, si sientes que ya no eres el mismo y los cambios han sido muy repentinos, es probable que exista algún problema. Si ya no disfrutas como antes de las cosas que te apetecían, si casi nada te ilusiona y ves el futuro gris, es importante que pidas ayuda porque podrías estar sufriendo depresión.
Tampoco es buena señal que cambies repentinamente de estado de ánimo, sintiéndote un momento eufórico y a la hora siguiente profundamente triste y melancólico ya que puede ser síntoma de un trastorno bipolar. También deberías pedir ayuda si crees que no puedes gestionar tus emociones y estas te desbordan, si te sientes muy irritable o te enfadas con frecuencia.
Te preocupas demasiado sin motivo
Cuando tenemos un problema, es normal que nos preocupemos, pero la preocupación no debe convertirse en tu compañera de viaje habitual. La preocupación excesiva suele generar un desagradable estado de aprensión que se convierte en la base para trastornos psicológicos Por eso, si tienes tendencia al catastrofismo, si siempre esperas que ocurra lo peor y a menudo eso te hace sentir ansioso, es mejor que acudas a un psicólogo.
Has sufrido un trauma en el pasado y no puedes dejar de pensar en ello
El dolor de una muerte de un ser querido, la pérdida de trabajo pueden ser razón suficiente para buscar apoyo psicológico. Solemos pensar que este malestar del duelo se va a ir solo eventualmente, y sin embargo no siempre es el caso. El duelo por una pérdida puede ocasionar daños futuros si no es bien asimilado, y puede llevar a aislarse de amigos y seres queridos. Si te das cuenta que no te estás involucrando en las actividades diarias de tu vida o los demás se percatan que te distancias, es recomendable que hablas con alguien profesional que te ayude a asimilar adecuadamente lo que te sigue afectando. Por otro lado, otras personas reaccionan a la pérdida más bien con actitudes maniáticas, y se involucran excesivamente con amigos en eventos o fiestas, alterando así su capacidad de dormir. Estos también son signos de que es momento de buscar a un psicólogo. Y por último, si has sufrido algún trauma en tu niñez como maltrato, abuso, violencia también es recomendable hacer terapia psicológica, ya que estas vivencias dejan secuelas en el comportamiento al ser adultos, por eso vale la pena hablar de ellas, aunque causen mucho dolor.
No ves el futuro con claridad
Si bien el pasado puede perseguirte y causarte sufrimiento, también puede ser desolador no tener el futuro claro. La falta de autoconocimiento y las nulas expectativas para los tiempos venideros afectan a la motivación y al bienestar general. Los psicólogos pueden aportar herramientas para conocerte mejor y saber cuáles son tus deseos, prioridades y tus talentos; y pueden ofrecerte el conocimiento necesario para diseñar y planificar tu futuro de manera realista.
Usas alguna sustancia adictiva para lidiar con tus problemas
Si has bebido o utilizado drogas más frecuentemente o en mayor cantidad, incluso pensado en utilizarlas, o has tenido cambios de apetito notables, tanto el deseo de comer excesivamente como la falta de apetito, estos pueden ser signos de que quieres hacer desaparecer emociones o impulsos que es necesario atender.
Estás desarrollando una dependencia
En muchos casos, la adicción es un intento de compensar las ausencias y/o fracasos en otras esferas de la vida. El comportamiento adictivo suele comenzar a raíz de una situación estresante, por lo que buscamos refugio en ciertas sustancias.
Sin embargo, no existe simplemente la adicción a las drogas, el alcohol y el tabaco, como comentábamos antes, también puede tratarse de una dependencia de la comida. De hecho, la ingesta emocional es un problema cada vez más común que tiene graves repercusiones para la salud puesto que normalmente implica el consumo de alimentos ricos en azúcar y grasas, que son los más gratificantes para el cerebro. También se puede desarrollar una dependencia del ejercicio físico, denominada vigorexia, o incluso de tu pareja, en cuyo caso se trata de una dependencia emocional. En cualquier caso, la dependencia y la adicción pueden hacer que caigas en una espiral de descontrol que puede tener serias consecuencias para tu vida, por lo que es mejor pedir ayuda al psicólogo cuanto antes.
Pensamientos negativos constantemente
Si hace tiempo que notas que tienes pensamientos que te impiden vivir tu vida con normalidad. Por ejemplo, estás constantemente pensando en situaciones catastróficas, estás obsesionado con alguna idea o tienes algún tipo de fijación, la terapia psicológica emplea técnicas muy útiles para solucionar este tipo de problemas.
Sufres una crisis existencial
Las crisis existenciales pueden aparecer en cualquier momento de nuestra vida. Ocurre cuando una persona posee unos esquemas mentales que ya no le sirven, por lo que siente que no sabe el camino que debe seguir en la vida, ni puede visualizar las metas que ha de perseguir para alcanzar la autorealización personal. Esto puede causar mucho sufrimiento y puede provocar trastornos psicológicos si no se resuelve la situación de manera correcta. Los psicólogos pueden ayudar a una persona a encontrar su propio camino en la vida, a reestructurar sus expectativas, a aceptarse a sí mismo y a desarrollar estrategias de afrontamiento más eficaces y adaptativas que le sirvan para enfrentarse sin problemas al día a día.
Sientes una gran agresividad e ira hacia el entorno
Puede que sientas un impulso agresivo o una gran ira hacia alguien o hacia el entorno en general. En algunos casos esto es una reacción típica de la frustración que sientes, y puede ser una manera de evitar asumir tu parte de culpa, por ejemplo, respecto a una mala decisión que has tomado. Los psicólogos pueden ayudarte a entender mejor qué te pasa, a ser más realista y a aceptarte a ti mismo y las situaciones que te afectan.
Tienes dificultades para dormir
Desgraciadamente, los trastornos psicológicos asociados a un descanso inadecuado son muy comunes. Y nos es de extrañar, pues vivimos en una sociedad muy distinta a la de décadas anteriores, donde todo va muy rápido y la tecnología ha irrumpido en nuestras vidas de forma considerable. Los malos hábitos, las prisas, los horarios que no favorecen el descanso natural y otras variables pueden hacer que descansemos muchas menos horas de las que serían necesarias, lo que tiene un efecto negativo en nuestras vidas.
No hablamos simplemente de insomnio, por ejemplo, el sonambulismo, los terrores nocturnos o los trastornos de conducta asociados al sueño REM que afectan al bienestar y la salud de la persona que lo sufre. Gracias a la terapia psicológica es posible superar los diferentes trastornos del sueño.
Te enfermas a menudo, sufres dolores musculares, de cabeza o tienes problemas gastrointestinales sin una causa específica
El estrés crónico, la ansiedad, la depresión y otros estados emocionales afectan el sistema inmunitario, haciendo que seas más vulnerable a las infecciones y enfermes con mayor frecuencia. En otros casos, las preocupaciones y las emociones reprimidas pueden tener una expresión somática. Normalmente se manifiestan a través de problemas en la piel, dificultades gastrointestinales y molestias musculares.Es importante que no pases por alto estos síntomas porque podrían agravarse y convertirse en factores de riesgo para la aparición de patologías más graves.
Nada de lo que hayas hecho parece haber ayudado
A veces nuestras habilidades para lidiar con las dificultades no es suficiente. Simplemente dejan de funcionar o se hacen menos efectivas que en el pasado. Si has intentado varias cosas para salir adelante, como hablar con un amigo, hacer más ejercicios, realizar técnicas de auto-ayuda, y no has conseguido mayor diferencia, esta es una señal de que es momento de hablar con un terapeuta.
Sientes un estrés constante
El ritmo de vida marcado por la sociedad en la actualidad es extremadamente exigente. Trabajar, intentar tener éxito profesional, formar una familia, hacer deporte, mantener una alimentación equilibrada… Todo ello supone un verdadero maratón para quienes intentamos llevar una vida plena. Este ajetreo diario puede provocar un estrés crónico que interfiera en nuestra vida. El estrés tiene repercusiones tanto a nivel psicológico como orgánico, alterando la producción de cortisol y radicales libres que afectan de manera directa a nuestra fisiología y por lo tanto también a nuestro comportamiento. En estos casos, darnos el tiempo necesario para ir al psicólogo resulta realmente útil.
Sufres de ansiedad
Los ataques de ansiedad se manifiestan muchas veces cuando has sobrepasado algún episodio traumático en tu vida, por ejemplo, la muerte de tu pareja. Sabrás identificarlos porque sientes presión en el pecho, se acelera el ritmo cardiaco, hiperventilación o respiración muy superficial, acelerada y sudoración. En estos casos, te recomendamos encarecidamente que acudas a un psicólogo, para que pueda guiarte y ayudarte durante estos momentos difíciles de tu vida.
No estás bien con tu pareja
Las relaciones de pareja no siempre son fáciles, y en muchos casos no pasan por momentos buenos. No hay que olvidar que, como en cualquier relación interpersonal, cada miembro de la pareja tiene su propia visión del mundo, sus gustos, sus necesidades e incluso sus inseguridades. Por desgracia, son pocas las personas que buscan la ayuda psicológica para solucionar los problemas en una relación amorosa o en el matrimonio. El psicólogo puede ayudar a mejorar la comunicación, aprender a negociar, a llegar a acuerdos y aprender herramientas para superar las dificultades en la relación, la convivencia y los problemas sexuales.
Si te sientes identificado con alguno de los puntos anteriores y has empezado a notar que la situación en la que te encuentras te viene grande y está afectando a tu día a día, debes plantearte la necesidad de acudir a un centro especializado.
Una vez enumeradas algunas de las situaciones en las que te recomendamos que acudas al psicólogo, ¿qué te parece si enumeramos algunos de los infinitos beneficios de acudir a un psicólogo?
Beneficios de la terapia psicológica
Ir a terapia psicológica genera la posibilidad de tener un momento y un espacio para ti mismo en el que despojarte de todas las responsabilidades y desahogarte.
- Conocimiento de ti mismo
- Resolver problemas
- Éxito personal
- Mejorar la autoestima
- Librar posibles trastornos
- Aceptarte a ti mismo
- Enriquecer tus relaciones sociales
- Profundizar en el sentido de tu vida
- Dejar atrás y perdonar
- Mejorar la capacidad de expresar emociones
Esperamos que nuestros consejos te hayan servido de ayuda. No dudes en contactar con un profesional si te has sentido identificado con algunas de las situaciones descritas con anterioridad. Ir al psicólogo puede resultar de gran ayuda para obtener herramientas que nos conviertan en personas con mayor bienestar, calidad de vida y capacidad de gestión emocional. Y recuerda, acudir a un psicólogo es salud, y la salud es vida.